Jerusalén, una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas más importantes del entorno, ha sido objeto de disputas y conflictos durante siglos. Su ubicación estratégica, su significado religioso y su estatus político la han convertido en un punto de fricción constante entre israelíes y palestinos. Este artículo explorará la historia de Jerusalén, su estatus actual y las complejidades que rodean su futuro.
La Resolución de la ONU de 1947 y la Partición de Palestina
En 1947, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Resolución 181, que proponía la partición de Palestina en dos estados: uno judío y otro árabe. Jerusalén, reconocida por su importancia religiosa, no debía pertenecer a ninguno de los dos estados. Se propuso que la ciudad fuera desmilitarizada y administrada por las Naciones Unidas durante un período de diez años. Al finalizar este periodo, se realizaría un referéndum para que los habitantes de Jerusalén decidieran su futuro.
El Fracaso del Plan de Partición
El plan de partición no fue aceptado por todos los grupos involucrados. Tanto árabes como judíos rechazaron la propuesta, lo que desencadenó una ola de violencia en Palestina. Tras la declaración de independencia de Israel el 14 de mayo de 1948, los ejércitos de Jordania, Egipto, Siria, Irak y Líbano invadieron el nuevo estado. La Guerra Árabe-Israelí de 1948, también conocida como la Guerra de la Independencia de Israel, terminó con Jerusalén dividida: Jerusalén Oriental bajo control jordano y Jerusalén Occidental bajo control israelí.
La Guerra de los Seis Días y la Anexión de Jerusalén Oriental
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó Jerusalén Oriental, que estaba bajo control jordano. En 1980, el Parlamento israelí (Knesset) aprobó una ley que declaraba a Jerusalén como la capital indivisible de israel. Esta anexión fue declarada nula por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la Resolución 478, que ha sido ratificada en numerosas ocasiones desde entonces.
Las Consecuencias de la Anexión
La anexión de Jerusalén Oriental por parte de Israel ha sido ampliamente condenada por la comunidad internacional. La mayoría de los países del entorno no reconocen la soberanía israelí sobre Jerusalén Oriental y consideran que la ciudad debe ser la capital de un futuro estado palestino. La anexión ha generado tensiones y conflictos, y ha dificultado la búsqueda de una solución pacífica al conflicto israelí-palestino.
El Estatus de Jerusalén en la Actualidad
En la actualidad, Jerusalén se encuentra bajo control israelí, aunque su estatus legal sigue siendo objeto de disputa. Israel administra toda la ciudad, incluyendo Jerusalén Oriental, pero la comunidad internacional no reconoce la soberanía israelí sobre esta parte de la ciudad. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha declarado a Jerusalén como la capital del estado palestino.
La Negociación de un Acuerdo de Paz
La cuestión de Jerusalén es uno de los principales obstáculos para alcanzar un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Ambas partes reclaman la ciudad como su capital, y la resolución de esta disputa es fundamental para cualquier solución pacífica al conflicto. En el Acuerdo de Oslo de 1993, se acordó que el estatus final de Jerusalén se negociaría en una etapa posterior del proceso de paz, pero hasta ahora no se ha logrado ningún progreso significativo en este sentido.
Las Implicaciones del Estatus de Jerusalén
El estatus de Jerusalén tiene importantes implicaciones políticas, religiosas y sociales. La ciudad es un símbolo de identidad nacional para ambos israelíes y palestinos, y su futuro determinará en gran medida el destino del conflicto israelí-palestino. La resolución de la disputa sobre Jerusalén es fundamental para la construcción de la paz en la región, y requiere un compromiso de ambas partes para buscar soluciones justas y equitativas.
Consultas Habituales
¿Por qué es Jerusalén tan importante para las tres religiones monoteístas?
Jerusalén es una ciudad sagrada para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Para los judíos, es la ciudad donde se ubicó el Templo de Salomón y donde se encuentra el Muro de los Lamentos, un lugar sagrado para la oración. Para los cristianos, Jerusalén es la ciudad donde Jesús fue crucificado y resucitado. Para los musulmanes, Jerusalén es la tercera ciudad santa después de La Meca y Medina, y es donde el profeta Mahoma ascendió al cielo.
¿Cuál es el estatus actual de Jerusalén?
En la actualidad, Jerusalén se encuentra bajo control israelí, aunque su estatus legal sigue siendo objeto de disputa. Israel administra toda la ciudad, incluyendo Jerusalén Oriental, pero la comunidad internacional no reconoce la soberanía israelí sobre esta parte de la ciudad. La OLP ha declarado a Jerusalén como la capital del estado palestino.
¿Qué es el Acuerdo de Oslo?
El Acuerdo de Oslo, firmado en 1993, fue un acuerdo entre Israel y la OLP que marcó el inicio del proceso de paz entre las dos partes. El acuerdo estableció un plan para la creación de un estado palestino en la Franja de Gaza y Cisjordania, y preveía que el estatus final de Jerusalén se negociaría en una etapa posterior del proceso de paz.
¿Qué es el Muro de los Lamentos?
El Muro de los Lamentos es un muro de piedra que formaba parte del antiguo Templo de Jerusalén. Es un lugar sagrado para los judíos, donde se acercan para orar y colocar notas con sus peticiones. El Muro de los Lamentos se encuentra en Jerusalén Oriental, que está bajo control israelí.
¿Qué es la Mezquita de Al-Aqsa?
La Mezquita de Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado del Islam, después de La Meca y Medina. Se encuentra en Jerusalén Oriental, sobre el Monte del Templo, que también es un lugar sagrado para los judíos. La Mezquita de Al-Aqsa es un importante centro de culto para los musulmanes, y ha sido objeto de tensiones y conflictos entre israelíes y palestinos.
La historia de Jerusalén es una historia de conflicto, tensiones y disputas. La ciudad es un símbolo de identidad nacional para ambos israelíes y palestinos, y su futuro determinará en gran medida el destino del conflicto israelí-palestino. La resolución de la disputa sobre Jerusalén es fundamental para la construcción de la paz en la región, y requiere un compromiso de ambas partes para buscar soluciones justas y equitativas.
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