La Caravana de la Muerte es un término que evoca uno de los capítulos más oscuros de la historia de Chile, un periodo marcado por la violencia y la represión tras el golpe de Estado de 197Este artículo profundizará en los hechos históricos de este acontecimiento, examinando sus orígenes, los crímenes cometidos y las consecuencias legales que se derivaron de este acto de barbarie.
Orígenes de la Caravana de la Muerte
El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, liderado por el general Augusto Pinochet, marcó un punto de inflexión en la historia de Chile. El nuevo régimen militar, con Pinochet a la cabeza, se caracterizó por una brutal represión política que buscaba eliminar cualquier oposición al gobierno. En este contexto, surge la Caravana de la Muerte, una comitiva militar que recorrió el país con el objetivo de eliminar a los opositores al régimen.
Las órdenes de Pinochet eran claras: no habrá piedad con los extremistas. Este mensaje, transmitido a los comandantes de guarnición de provincia, buscaba asegurar la eliminación de cualquier amenaza al nuevo orden. Sin embargo, algunos comandantes mostraron cierta reticencia a aplicar la brutalidad con la que Pinochet pretendía imponer su dominio. Para solucionar esta situación, Pinochet decidió enviar a un oficial delegado que actuara en su nombre y se encargara de agilizar y revisar los procesos de los detenidos tras el golpe.
El general Sergio Arellano Stark fue el elegido para liderar esta misión. Arellano Stark, con un documento-pasaporte que lo acreditaba como oficial delegado del comandante en jefe del ejército y presidente de la junta de gobierno, tenía la tarea de acelerar procesos y uniformar criterios en la administración de justicia a los prisioneros. Este era el pretexto para llevar a cabo una operación de exterminio sistemático.
Integrantes de la Caravana de la Muerte
La comitiva militar que conformó la Caravana de la Muerte estaba compuesta por un grupo de oficiales del Ejército de Chile, liderados por el general Sergio Arellano Stark. Entre los miembros más importantes se encontraban:
- General Sergio Arellano Stark : Comandante de la comitiva y responsable de las órdenes de ejecución.
- Brigadier Pedro Espinoza Bravo : Segundo al mando y ejecutor de varios de los crímenes.
- Coronel Marcelo Moren Brito : Oficial de inteligencia y responsable de la logística de la operación.
- Coronel Sergio Arredondo Neira : Oficial de inteligencia y responsable de la selección de las víctimas.
- Capitán Patricio Díaz Araneda : Oficial de inteligencia y responsable de la comunicación entre la comitiva y el cuartel general.
- Teniente Juan Viterbo Chiminelli Fullerton : Responsable de la logística de la operación y de la selección de las víctimas.
- Mayor José López Tapia : Oficial de inteligencia y responsable de la identificación de los presos políticos.
- Mayor Fernando Gómez Seco : Oficial de inteligencia y responsable de la seguridad de la comitiva.
- Mayor Juan Carlos Cruzat González : Oficial de inteligencia y responsable de la comunicación con las autoridades locales.
- Mayor Carlos Carreño : Oficial de inteligencia y responsable de la logística de la operación.
Además de estos diez oficiales, la comitiva incluía a dos clases de la Escuela de Infantería del Ejército, quienes se encargaban de las tareas auxiliares.
El Recorrido de la Caravana de la Muerte
La Caravana de la Muerte comenzó su recorrido el 30 de septiembre de 1973, a bordo de un helicóptero Puma del Ejército, partiendo desde el aeródromo Tobalaba en Santiago. La primera etapa del viaje incluyó ciudades del centro y sur de Chile, como Rancagua, Curicó, Talca, Linares, Concepción, Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Cauquenes. En este recorrido, la comitiva asesinó a 26 personas. El 6 de octubre, la caravana regresó a Santiago.
La segunda etapa del recorrido se inició el 16 de octubre, y se dirigió al norte de Chile. La comitiva visitó las ciudades de La Serena, Copiapó, Antofagasta, Calama, Iquique, Pisagua y Arica, dejando un saldo de 71 personas asesinadas. Finalmente, la Caravana de la Muerte regresó a Santiago el 22 de octubre de 197
Los Asesinatos de la Caravana de la Muerte
La Caravana de la Muerte se caracterizó por la brutalidad con la que ejecutaba a los presos políticos. Los militares sacaban a los detenidos de las cárceles, los llevaban a lugares despoblados y los asesinaban sin contemplaciones. En muchas ocasiones, los torturaban antes de ejecutarlos, causándoles heridas con corvos y otras armas blancas. Posteriormente, los cuerpos eran enterrados en fosas comunes sin ninguna identificación.
Las ejecuciones eran especialmente crueles. Los militares se ensañaban con las víctimas, infligiéndoles un sufrimiento extremo antes de acabar con sus vidas. En algunos casos, las víctimas eran fusiladas por partes, primero las piernas, luego los órganos sexuales, y finalmente el corazón.
El exgeneral Joaquín Lagos Osorio, comandante de la Primera División del Ejército y jefe de zona en estado de sitio en Antofagasta, reconoció la brutalidad de los asesinatos y la vergüenza que le producía la forma en que los oficiales ejecutaban a los prisioneros. En sus declaraciones, Lagos Osorio describió cómo los militares les sacaban los ojos con cuchillos, les quebraban las mandíbulas, les quebraban las piernas... y cómo se ensayaban con las víctimas, causándoles una muerte lenta y dolorosa.
Consecuencias Legales de la Caravana de la Muerte
Los crímenes de la Caravana de la Muerte no quedaron impunes. En 1998, el juez español Baltasar Garzón, basándose en las querellas presentadas por víctimas y familiares, ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres, bajo los cargos de secuestro y homicidio calificado. Este acontecimiento abrió la puerta a la justicia para los crímenes cometidos durante la dictadura.
En 1999, el juez chileno Juan Guzmán Tapia ordenó la detención y procesamiento de cinco oficiales militares retirados por el delito de secuestro calificado de 19 personas en el marco de la Caravana de la Muerte. La Corte Suprema de Chile confirmó el procesamiento, estableciendo un precedente histórico al considerar el secuestro como un delito permanente e imprescriptible. Esto significó que la ley de amnistía de 1978 no podía proteger a los responsables de los crímenes de la Caravana de la Muerte.
En 2006, el juez Víctor Montiglio ordenó el arresto de trece exoficiales del Ejército por su participación en los asesinatos bajo cargos de homicidio. La Corte Suprema de Chile despojó de su fuero como expresidente a Pinochet por su implicación en el caso. Finalmente, Pinochet fue procesado y puesto bajo arresto domiciliario.
En 2018, el juez Mario Carroza acreditó que el excomandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre fue encubridor de quince homicidios perpetrados por la comitiva liderada por Arellano Stark en su paso por la ciudad de La Serena. Cheyre fue condenado a tres años y un día de libertad vigilada en calidad de encubridor.
Consultas Habituales sobre la Caravana de la Muerte
¿Cuántos asesinatos se atribuyen a la Caravana de la Muerte?
Se estima que la Caravana de la Muerte fue responsable de la muerte de al menos 97 presos políticos durante su recorrido por Chile.
¿Quiénes fueron las principales víctimas de la Caravana de la Muerte?
Las víctimas de la Caravana de la Muerte fueron principalmente personas que habían sido detenidas por su oposición al régimen militar. Entre ellos se encontraban militantes de partidos políticos de izquierda, sindicalistas, estudiantes y artistas.
¿Por qué se llamó caravana de la muerte ?
La comitiva militar recibió el nombre de caravana de la muerte debido a la brutalidad con la que ejecutaba a los presos políticos. El nombre refleja la naturaleza despiadada de las acciones de la comitiva.
¿Qué ocurrió con los responsables de los crímenes de la Caravana de la Muerte?
Algunos de los responsables de los crímenes de la Caravana de la Muerte fueron procesados y condenados por la justicia chilena. Sin embargo, muchos otros lograron escapar de la justicia. La investigación de los crímenes de la Caravana de la Muerte continúa hasta el día de hoy.
La Caravana de la Muerte es un ejemplo de la brutalidad y la impunidad que caracterizaron la dictadura de Augusto Pinochet. Los crímenes cometidos por la comitiva militar representan una mancha oscura en la historia de Chile. La lucha por la justicia para las víctimas y sus familias continúa hasta el día de hoy, y la memoria de los asesinados debe servir como un recordatorio del horror de la dictadura y la importancia de la defensa de los derechos humanos.
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