El Marginal, la aclamada serie argentina creada por Sebastián Ortega e Israel Adrián Caetano, nos sumerge en un universo brutal y crudo: el de la vida dentro de las cárceles. Con una estética realista que se basa en la emblemática miniserie Tumberos, El Marginal explora la realidad penitenciaria, mostrando la violencia, la corrupción y la lucha por la supervivencia que se viven en estos espacios.
Un espacio que define: Las cárceles de El Marginal
La serie presenta dos cárceles ficcionales: San Onofre y Puente Viejo. San Onofre, ubicado en la antigua cárcel de Caseros en el barrio de Parque Patricios, Buenos Aires, es el escenario principal de la trama. Puente Viejo, por su parte, se filmó en una antigua fábrica textil en el barrio de Almagro, transformada con maestría por la dirección de arte de Julia Freid en una prisión.
Ambas cárceles son un microcosmos donde la violencia, la corrupción y la lucha por la supervivencia son la norma. La arquitectura de las prisiones, con sus pabellones y patios, refleja la segregación y la jerarquía que rigen la vida dentro de ellas. Los pabellones están divididos en áreas para presidiarios comunes y corrientes y un pabellón de lujo reservado para los líderes, quienes han llegado a la cima a través de la traición y la corrupción.
El patio, llamado la villa del penal, es un espacio peligroso donde los presos buscan un lugar para sobrevivir. La vida en la villa es una lucha constante por la seguridad y el control, con grupos criminales que buscan imponer su ley.
El panóptico y la vigilancia constante
Las cárceles de El Marginal se basan en el modelo del panóptico, una arquitectura de vigilancia diseñada por Jeremy Bentham. El panóptico permite a un observador central tener una visión completa de todos los espacios de la prisión, creando una sensación de vigilancia constante. En El Marginal, la figura de Antín (Gerardo Romano), uno de los directores de la cárcel, personifica este concepto. Antín observa la vida en la villa con una frialdad que recuerda a un espectador de un programa de chismes, deshumanizando la situación de los presos.
Un campo de concentración moderno: La realidad del encierro
El Marginal no solo muestra la violencia física, sino también la violencia sistémica que permea la vida en prisión. La serie nos recuerda a un campo de concentración, un espacio donde la excepción se convierte en regla, y la libertad es un concepto lejano. La analogía con el lager nazi es clara: la deshumanización, la segregación, la lucha por la supervivencia, la arbitrariedad del sistema, y la oscuridad que invade tanto física como mentalmente a los presos.
La vida en la cárcel se rige por un código interno brutal, donde la violencia es un mecanismo de control y supervivencia. La frase o cogés o te cogen resume la lógica del sistema, donde el más fuerte se impone y la debilidad es castigada. La cárcel se convierte en un espacio de aislamiento, donde los presos son separados de la sociedad y entre ellos mismos, con el objetivo de controlar la población carcelaria.
La esperanza como motor: La búsqueda de la libertad
A pesar del panorama desolador, los presos no pierden por completo la esperanza. La búsqueda de la libertad, tanto individual como colectiva, es un motor que impulsa sus acciones. La fuga, como vía individual, y el motín, como acción colectiva, son dos formas de rebelarse contra el sistema. Sin embargo, ambas estrategias se enfrentan a la brutalidad del sistema penitenciario, que castiga con dureza cualquier intento de escape o rebelión.
La esperanza también se encuentra en el vínculo con el exterior, con las familias y los seres queridos que esperan afuera. La posibilidad de volver a la vida en libertad es un motor que mantiene viva la esperanza en los presos. La religión, la literatura y la escritura, también se presentan como formas de escapar de la realidad carcelaria y encontrar un espacio de paz y reflexión.
El Marginal: Más que una serie, un espejo de la sociedad
El Marginal no solo es una serie de ficción, es una crítica social que nos confronta con la realidad de las cárceles y la violencia que se ejerce en ellas. La serie nos recuerda que la prisión no es solo un lugar de castigo, sino que también es un espacio de segregación, donde se reproduce la violencia social y se perpetúa la desigualdad.
El Marginal nos invita a reflexionar sobre nuestra propia sociedad, sobre la justicia, la corrupción, la violencia, y la necesidad de construir un sistema más humano y justo. La serie nos recuerda que la libertad es un derecho fundamental y que la lucha por la justicia social es una tarea constante.
Lo que necesits saber sobre El Marginal:
¿Dónde se filmó El Marginal?
El Marginal se filmó en dos lugares: la antigua cárcel de Caseros en el barrio de Parque Patricios, Buenos Aires, para San Onofre, y en una antigua fábrica textil en el barrio de Almagro, para Puente Viejo.
¿Quiénes son los personajes principales de El Marginal?
Los personajes principales de El Marginal son Mario Borges (Claudio Rissi), Juan Pablo diosito Borges (Nicolás Furtado), Pastor Peña (Juan Minujín), Antín (Gerardo Romano), Emma (Martina Gusmán), y Miguel el potro Palacios (Abel Ayala).
¿Cuántas temporadas tiene El Marginal?
El Marginal tiene cuatro temporadas.
¿Qué premios ha ganado El Marginal?
El Marginal ha ganado numerosos premios, entre ellos:
- Premio Martín Fierro a la mejor miniserie (2016)
- Premio Martín Fierro a la mejor dirección (2016)
- Premio Martín Fierro a la mejor actuación masculina protagónica (Nicolás Furtado, 2016)
- Premio Platino a la mejor miniserie (2017)
¿Está basada El Marginal en una historia real?
Aunque los personajes y la trama son ficticios, El Marginal se inspira en la realidad de las cárceles argentinas. La serie busca retratar la violencia, la corrupción y la lucha por la supervivencia que se viven en estos espacios, basándose en entrevistas con ex presos y trabajadores penitenciarios.
El Marginal como un llamado a la reflexión
El Marginal es una serie que nos confronta con la realidad de las cárceles y la violencia que se ejerce en ellas. La serie nos invita a reflexionar sobre nuestra propia sociedad, sobre la justicia, la corrupción, la violencia, y la necesidad de construir un sistema más humano y justo. La serie nos recuerda que la libertad es un derecho fundamental y que la lucha por la justicia social es una tarea constante.
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