Orduña, ubicada en el corazón del País Vasco, es una ciudad con una rica historia que se extiende a lo largo de siglos. Su ubicación estratégica, enclavada entre las provincias de Vizcaya, Álava y Burgos, la ha convertido en un punto de encuentro de culturas, un testigo silencioso de eventos históricos trascendentales y un crisol de tradiciones. Este artículo te invita a explorar la maravilloso historia de Orduña, desde sus orígenes prehistóricos hasta la actualidad, los hitos, personajes y eventos que han marcado su identidad.
- Orígenes y Fundación: Un Legado Antiguo
- Siglos de Prosperidad y Retos: Un Viaje a través de la Historia
- Patrimonio Monumental: Testigos del Pasado
- Fiestas y Tradiciones: Un Legado Vivo
- Deportes: Una Actividad Vital
- Personajes Destacados: Huellas en la Historia
- Consultas Habituales
- Un Legado que Perdura
Orígenes y Fundación: Un Legado Antiguo
La historia de Orduña se remonta a la prehistoria, como lo demuestran los restos arqueológicos encontrados en la zona, datando del Neolítico-Bronce (2000-400 a. C.). Entre estos restos destacan el Dolmen de las Campas de la Choza, un testimonio de la presencia humana en la región desde tiempos inmemoriales.
Sin embargo, la fundación de Orduña como villa se produjo en 1229, cuando Don Lope Díaz de Haro, sexto Señor de Vizcaya, le otorgó carta puebla. Este acontecimiento marcó el inicio de la Orduña que conocemos hoy, una ciudad con una identidad propia y un papel crucial en la historia del Señorío de Vizcaya.
Un Enclave Estratégico: Comercio y Defensa
Desde su fundación, Orduña se convirtió en un enclave estratégico, tanto por su posición geográfica como por su importancia comercial. Su ubicación en el camino de Castilla hacia el mar la convirtió en un punto clave para el comercio de la lana, un producto fundamental en la economía de la época.
La gran barrera orográfica que la rodeaba, la Sierra Salvada, la protegió de invasiones y la convirtió en un punto estratégico para la defensa del Señorío de Vizcaya. Esta combinación de factores hizo de Orduña un centro de actividad comercial y militar, que atrajo a comerciantes y viajeros de diferentes regiones.
Siglos de Prosperidad y Retos: Un Viaje a través de la Historia
A lo largo de los siglos, Orduña ha experimentado periodos de prosperidad y dificultades, pero siempre ha mantenido su identidad y su papel en la historia del País Vasco. A continuación, exploraremos algunos de los momentos clave que han marcado su evolución.
El Siglo XVI: Auge del Comercio y un Incendio Devastador
El siglo XVI fue una época de gran desarrollo económico para Orduña. Su posición estratégica como centro comercial la convirtió en un punto de referencia para las transacciones comerciales entre Castilla y el norte de Europa. La ciudad se consolidó como una gran plaza comercial, con una proyección regional e internacional.
Sin embargo, en 1535, un gran incendio devastó la ciudad, destruyendo gran parte de su tejido urbano. A pesar de este terrible acontecimiento, Orduña se recuperó y continuó su desarrollo económico, consolidando su posición como centro comercial.
El Siglo XVIII: Nuevas Vías de Comunicación y la Aduana
El siglo XVIII trajo consigo la mejora de las vías de comunicación, con la construcción de un nuevo camino carretil que unía Orduña con Castilla. En 1774, se inauguró la nueva vía de comunicación, que facilitó el transporte de mercancías y personas, consolidando el papel de Orduña como centro comercial.
En el mismo siglo, se construyó el edificio de la Aduana, que comenzó a funcionar en 1792. Este edificio se convirtió en el centro de las transacciones comerciales que tenían lugar en la ciudad, consolidando su importancia como punto de encuentro para el comercio internacional.
El Siglo XIX: Declive y la Guerra Carlista
El siglo XIX marcó un periodo de declive para Orduña. Las sucesivas guerras que azotaron la región, entre ellas la Guerra Carlista, tuvieron un impacto negativo en la economía de la ciudad. Además, el traslado de las aduanas a la costa en 1841 supuso la pérdida de su situación de privilegio.
La abolición de los fueros tras la primera derrota carlista también tuvo un impacto negativo en la ciudad, que se vio obligada a adaptarse a una nueva realidad política y económica.
El Siglo XX: Auge del Turismo y la Guerra Civil
A principios del siglo XX, Orduña experimentó un auge del turismo, gracias al auge del Balneario de La Muera de Arbieto y las edificaciones del Paseo de la Antigua. La ciudad se convirtió en un destino turístico, atrayendo a visitantes que buscaban disfrutar de sus aguas termales y su belleza natural.
Sin embargo, la Guerra Civil Española de 1936-1939 trajo consigo nuevas dificultades. Las tropas franquistas establecieron un campo de concentración de prisioneros y posteriormente una prisión central en Orduña. Alrededor de 50.000 personas fueron encerradas en estos centros, sometidas a condiciones infrahumanas que causaron la muerte de al menos 225 personas.
El Siglo XXI: Un Nuevo Comienzo
En la primera década del siglo XXI, Orduña se centró en el desarrollo del turismo, con la transformación de la antigua Aduana en un balneario moderno. Sin embargo, este proyecto no logró el éxito esperado y el balneario cerró en 2014 debido a problemas financieros.
A pesar de los desafíos, Orduña sigue buscando su camino en el siglo XXI. Su rico patrimonio histórico, su belleza natural y su ambiente tranquilo la convierten en un lugar atractivo para los visitantes que buscan descubrir la esencia del País Vasco.
Patrimonio Monumental: Testigos del Pasado
Orduña alberga un rico patrimonio monumental, que refleja su historia y su cultura. Entre los monumentos más importantes destacan:
- Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción: Un templo de estilo gótico que data del siglo XIV, con una torre de estilo barroco.
- Iglesia de la Sagrada Familia: Un templo de estilo neogótico del siglo XIX, con una impresionante fachada.
- Santuario de Nuestra Señora de la Antigua: Un santuario del siglo XVI, dedicado a la patrona de la ciudad, con una imagen románica de la Virgen.
- Antiguo Convento de San Francisco: Actualmente habilitado como residencia de ancianos, conserva parte de su estructura original.
- Antiguo Convento de Santa Clara: Un convento del siglo XVI, que alberga un museo de arte sacro.
- Ermita del Buen Suceso: Una ermita del siglo XVIII, situada en un entorno natural privilegiado.
- Antigua Aduana: Un edificio del siglo XVIII, que representa el pasado comercial de la ciudad.
Fiestas y Tradiciones: Un Legado Vivo
Las fiestas y tradiciones de Orduña son una parte fundamental de su identidad. Entre las fiestas más importantes destacan:
- Semana Santa: Una de las más importantes del País Vasco, con procesiones de gran solemnidad, a cargo de la Santa Escuela de Cristo.
- Fiestas de Ntra Sra de la Antigua o Otxomaio: Las fiestas patronales, celebradas entre el 29 de abril y el siguiente fin de semana, con una feria taurina, una feria de pelota, una feria agrícola y ganadera, y deportes tradicionales vascos.
- Fiestas de la Coronación: Celebradas el primer fin de semana de septiembre, con la concentración de gigantes y cabezudos y el campeonato de marmitako.
Además de estas fiestas, Orduña celebra otras fiestas menores, como San Blas, Santa Águeda, San Isidro, San Juan y Santiago, que mantienen vivas las tradiciones de la ciudad.
Deportes: Una Actividad Vital
Orduña también cuenta con una gran gama de deportes, entre los que destacan:
- Txarlazo: Un recorrido de descenso para bici en el que la gente visita y pasa buenos ratos.
- Baloncesto: Con el equipo Bedarbide.
- Ciclismo: Con la Sociedad Ciclista Orduñesa.
- Fútbol: Con el equipo C.D. Orduña.
- BTT: Con el grupo Gualdetxu, para los amantes de la bicicleta de montaña.
Personajes Destacados: Huellas en la Historia
Orduña ha sido cuna de personajes destacados que han dejado su huella en la historia del País Vasco y de España. Entre ellos se encuentran:
- Iván Fandiño: Torero reconocido internacionalmente, nacido en Orduña.
- Iván Abásolo: Torero que ha dejado su huella en el entorno taurino.
- Josep Torrens: Escritor y periodista, internado en el campo de concentración de Orduña durante la Guerra Civil Española.
Consultas Habituales
¿Quién fundó la ciudad de Orduña?
Orduña fue fundada como villa en 1229 por Don Lope Díaz de Haro, sexto Señor de Vizcaya, quien le otorgó carta puebla.
¿Cuántos años tiene Orduña?
Orduña tiene una historia que se remonta a la prehistoria, pero su fundación como villa data de 1229, por lo que tiene más de 790 años.
¿Qué importancia tuvo Orduña en el pasado?
Orduña fue un enclave estratégico por su ubicación en el camino de Castilla hacia el mar, lo que la convirtió en un importante centro comercial, especialmente para el comercio de la lana. Además, su posición geográfica la convirtió en un punto estratégico para la defensa del Señorío de Vizcaya.
¿Qué monumentos se pueden visitar en Orduña?
Orduña alberga un rico patrimonio monumental, entre los que destacan la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Iglesia de la Sagrada Familia, el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, el antiguo Convento de San Francisco, el antiguo Convento de Santa Clara, la Ermita del Buen Suceso y la Antigua Aduana.
¿Cuáles son las fiestas más importantes de Orduña?
Las fiestas más importantes de Orduña son la Semana Santa, las Fiestas de Ntra Sra de la Antigua o Otxomaio y las Fiestas de la Coronación.
Un Legado que Perdura
Orduña es una ciudad con una historia rica y maravilloso, que se ha forjado a través de siglos de eventos históricos, personajes destacados y tradiciones arraigadas. Su ubicación estratégica, su patrimonio monumental, sus fiestas y tradiciones, y sus personajes destacados han contribuido a la construcción de una identidad única, que la convierte en un lugar especial para los visitantes que buscan descubrir la esencia del País Vasco.
La historia de Orduña es un testimonio de la resiliencia, la adaptación y la cultura de un pueblo que ha sabido preservar su identidad a través de los siglos. Su legado sigue vivo en sus calles, sus monumentos, sus tradiciones y sus habitantes, invitándonos a descubrir un pasado lleno de historias y a disfrutar de un presente vibrante y lleno de posibilidades.
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