En el corazón de la antigua Mesopotamia, donde las aguas del Tigris y el Éufrates se encuentran, floreció la civilización sumeria, dejando un legado perdurable en la historia de la humanidad. Su cultura, rica en arte, literatura y arquitectura, también se caracterizó por una compleja mitología, en la que los dioses jugaban un papel fundamental en la vida cotidiana y en la cosmovisión del entorno. En este artículo, exploraremos la maravilloso historia de los dioses sumerios, desentrañando sus roles, relaciones y la influencia que tuvieron en la cultura y la sociedad sumeria.
Anu: El Dios del Cielo y Rey de los Dioses
En el panteón sumerio, Anu (o An en sumerio) ocupaba un lugar de máxima importancia. Era el dios del cielo, el señor de las constelaciones y el rey de los dioses. Se le consideraba el padre de los dioses, un título que reflejaba su poder y su papel primordial en la creación del universo. Anu residía en las regiones más altas del cielo, junto a su esposa, la diosa Ki (o Antu en acadio), que representaba la tierra. Su morada celestial era un lugar de gran majestuosidad, donde Anu se sentaba en su trono, rodeado de estrellas que constituían su ejército.
Se creía que Anu tenía el poder de juzgar a los que habían cometido delitos y que había creado las estrellas como soldados para destruir a los malvados. Su atributo era la tiara real, símbolo de su autoridad y su dominio sobre el cielo. Su sirviente y ministro era el dios Ilabrat, quien le asistía en sus tareas divinas.
Anu y la Tríada Sumeria
Anu formaba parte de una tríada de grandes dioses, junto a Enlil, dios del aire y la atmósfera, y Enki (también conocido como Ea en acadio), dios de la tierra o de los cimientos. Esta tríada representaba los tres elementos esenciales del universo: el cielo, el aire y la tierra. Juntos, estos dioses mantenían el orden cósmico y gobernaban los destinos de la humanidad.
El Templo de Anu: E-anna de Uruk
El templo dedicado a Anu se encontraba en la ciudad de Uruk (la Erech bíblica), en el sur de Babilonia. Se llamaba E-anna, que significa casa del cielo, y era un lugar de gran importancia religiosa y cultural. Se cree que Uruk fue la sede original del culto a Anu, lo que sugiere que la diosa Inanna (o Ishtar en acadio), que también era adorada en Uruk, pudo haber sido su consorte en algún momento.
La Evolución de Anu en el Panteón Mesopotámico
A pesar de su posición inicial como dios supremo, Anu fue perdiendo gradualmente su relevancia en el panteón mesopotámico a medida que otras deidades emergían y se hacían más populares. Con el establecimiento de los imperios asirio y babilónico, Anu fue asimilado por otros dioses, como Assur (el dios asirio-babilónico) y Marduk (el dios kasita-babilónico). Estos nuevos dioses se convirtieron en los herederos-reinantes de los antiguos dioses mesopotámicos, incluyendo a Anu.
Sin embargo, Anu nunca perdió completamente su importancia. Siempre fue considerado como el demiurgo o dios original del universo, y su papel como creador del entorno siguió siendo reconocido en las teogonías mesopotámicas. A pesar de que su poder se vio disminuido, Anu setutorial siendo una figura importante en la mitología y la religión mesopotámica.
El Mito de Anu y la Creación del Mundo
Según la mitología sumeria, en el principio, el agua del mar, el agua de los ríos y la niebla estaban mezcladas en un solo cuerpo, personificadas por tres dioses: la madre Tiamat, el padre Apsu y el visir Mummu. De esta unión primordial nacieron otros dioses, incluyendo a Lahmu y Lahamu, que representaban el sedimento. A su vez, Lahmu y Lahamu engendraron a Anshar y Kishar, los dos horizontes, límites de Todo el Cielo y de Toda la Tierra. Y finalmente, Anshar y Kishar engendraron a Anu.
En un principio, la Tierra y el Cielo estaban unidos, formando una montaña que emergió del Océano primitivo. El pico de la montaña, que tenía su base en la Tierra, tocó el Cielo. Anu era el Cielo y Ki/Ninhursag era la Tierra. Nammu, madre de Ki, era el Océano primigenio que rodeaba a la Tierra, el caos original.
Anu y Ki engendraron un hijo, Enlil, que al nacer, separó a sus padres, el Cielo y la Tierra, creando así el día (el alba). Enlil se convirtió en el dios del aire y la atmósfera, y heredó la posición de Anu como gobernante del entorno.
El Mito del Trigo
En este mito, Anu bajó el trigo, la cebada y el cáñamo de su reino de los cielos a la tierra. Sin embargo, su hijo Enlil procedió a amontonarlo todo y ocultarlo en una montaña, cerrada con una gran puerta. Compadecidos de los sumerios, el dios secundario del infraentorno, Ninazu, junto a la diosa Ninmah, decidieron hacer conocer el trigo a Sumeria, el país que no lo conocía.
Los Hijos de Anu
Anu y su consorte Ki (o Antu) fueron los antepasados de la mayor parte de los Anunnaki, que significa hijos de an y ki. Entre sus hijos más conocidos se encuentran Enlil, Enki, Ningikuga, Nin'insinna, los Igigi, los Sebitti, Gulu, Gibil, Nusku, Martu y Gatumdu.
Anu y la Astronomía
Anu estaba asociado con el Camino de An (o Sendero de An), una región de la bóveda celeste coincidente con el ecuador. Posteriormente, esta región se definiría como el espacio entre los dos trópicos. Se le atribuía el número 60, cifra sagrada para los sumerios. Su ideograma en caracteres cuneiformes también servía para describir la palabra dios ( Dingir en sumerio e Ilum en acadio).
Anu se representaba mediante una estrella o, más frecuentemente, a partir de la época de los casitas, mediante la corona de siete pares de cuernos propia de los grandes dioses.
¿Quiénes fueron los Anunnaki?
Los Anunnaki eran los hijos de Anu y Ki, y eran considerados dioses menores que desempeñaban funciones específicas en el entorno. Algunos de los Anunnaki más conocidos son Enlil, Enki, Nanna (dios de la luna), Utu (dios del sol) e Inanna (diosa del amor y la guerra).
¿Cuál fue la importancia de Anu en la religión sumeria?
Anu era el dios del cielo y el rey de los dioses, lo que lo convertía en una figura de gran importancia en la religión sumeria. Se le atribuía la creación del universo y se le consideraba el padre de los dioses. Su influencia se extendía a todos los aspectos de la vida, desde la agricultura hasta la guerra, y se le rendía culto en templos por toda Mesopotamia.
¿Qué pasó con Anu después de la llegada de los imperios asirio y babilónico?
Con la llegada de los imperios asirio y babilónico, Anu fue asimilado por otros dioses, como Assur y Marduk. Estos nuevos dioses se convirtieron en los herederos-reinantes de los antiguos dioses mesopotámicos, incluyendo a Anu. Aunque su poder se vio disminuido, Anu siguió siendo una figura importante en la mitología y la religión mesopotámica.
Tabla de Dioses Sumerios
Dios | Dominio | Atributos |
---|---|---|
Anu | Cielo, rey de los dioses | Tiara real, estrellas |
Enlil | Aire, atmósfera | Viento, tormenta |
Enki | Tierra, agua dulce | Sabiduría, magia |
Inanna | Amor, guerra | León, pájaro |
Nanna | Luna | Toro |
Utu | Sol | Águila |
Ninmah | Creación, fertilidad | Madre Tierra |
Ninazu | Infraentorno | Muerte, enfermedad |
La historia de los dioses sumerios es un testimonio de la riqueza y la complejidad de la cultura sumeria. Estos dioses no solo eran figuras mitológicas, sino que también representaban los valores y las creencias de la sociedad sumeria. Su influencia se extendió a todos los aspectos de la vida, desde la agricultura hasta la guerra, y su legado sigue vivo en la historia y la cultura de la humanidad.
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